He estado reflexionando sobre el camino de la responsabilidad y cómo enfrentar la vida sin caer en la víctima. La vida no es una cuestión de culpas, sino de responsabilidad y consecuencias. Aquí te comparto mis pensamientos sobre emprender, crecer y vivir con autenticidad como claves para desarrollarse a nivel profesional siendo hombre.
La paradoja de la responsabilidad.
La vida es un camino lleno de decisiones y responsabilidades, una responsabilidad que elijo y que me desafía constantemente.
Me cuesta trabajo dejar de vivir en la víctima, no te voy a mentir.
Pero, como enseñan los estoicos, las circunstancias son determinadas, pero lo que hago con lo que me pasa es mi decisión. Esto es lo que molesta a muchas personas que se hacen la víctima.
No se trata de buscar culpables (ego), sino de ser responsable y la consecuencia de mis acciones.
Emprender con consciencia.
Emprender y tomar responsabilidad requiere una logística y una razón profunda y real. En el pasado he emprendido desde un vacío y no ha funcionado. Tuve que volver a un trabajo por cuenta ajena, no necesariamente cabreado y frustrado, pero tampoco desde un gozo y disfrute total por lo que hacía.
Si te toca hacerlo no pasa nada, puedes utilizar las horas libres para aprender nuevas habilidad y emprender un proyecto. Empieza por lo que te gusta hacer.
¿Qué es aquello a lo que dedicas más tiempo?
Lo importante es crecer y conocerse.
Por otro lado, existen personas que saltar vacío puede impulsarlas a tomar acción. No es mi caso. Desde que soy autónomo siempre he trabajado en algún proyecto fijo a modo vehículo que me permitía pagar las facturas el mes siguiente. El estrés de no tener dinero rompe la creatividad y te paraliza, y eso a la larga es peor.
Si lo haces, házlo con consciencia.
La pregunta clave sería: ¿Desde dónde emprendo? ¿Cuáles son mis razones profundas y reales? Crear y crecer requiere consciencia, no solo seguir unas reglas, ya que hay diferencias claras entre ser dueño de un negocio y ser empleado, y entender estas diferencias puede marcar la diferencia en tu éxito.
Ahora, esa libertad que no tiene un empleado requiere más responsabilidad, y eso es algo que también tendrás que asumir.
IKIGAI: La intersección de la pasión y el valor.
IKIGAI es un concepto japonés que se refiere a encontrar un propósito en la vida. Se basa en cuatro pilares:
- Lo que te apasiona
- Lo que vende
- Lo que sirve
- Lo que eres bueno
Como te decía más arriba, no necesariamente todo con lo que estoy ganando dinero me apasiona, pero encontrar esa intersección es clave para vivir una vida plena y significativa.
Responsabilidad, volver a la esencia para ser libre.
La masculinidad y la feminidad tienen roles distintos pero complementarios. Se ha perdido la esencia, y tal vez sea hora de enderezar la visión. Ambos géneros son capaces de hacer las cosas por igual, no me malinterpretes, pero fíjate: la mujer hace dinero para no depender, mientras que el hombre lo hace para mantener. Es su instinto, y es importante reconocerlo y entender esas diferencias.
En la sociedad moderna de hoy en día se ha perdido mucho de lo que significa ser masculino o femenino. Hay hombres jugando a ser mujeres y mujeres jugando a ser hombres. La masculinidad está pasando por un momento difícil, y es importante reconocer y respetar las diferencias entre hombres y mujeres.
Abraza tu esencia ya que no todo en la vida es blanco o negro, sino que se compone de una gran gama de tonalidades de color gris.
Volver a tu esencia para ser libre requiere mucha responsabilidad, y eso a veces significa tomar decisiones difíciles. No se trata solo de hacer lo que quieres, sino de ser consciente de tus acciones y sus consecuencias. La capacidad camaleónica de resiliencia es clave aquí. Soy responsable sin sentirme culpable.
Esto es lo que he aprendido.
Haciendo un poco de retrospectiva desde que me di de alta como autónomo, me doy cuenta que antes de emprender es clave crecer e indagar. La curiosidad y la creatividad son clave hoy en día. No dejes de aprender algo nuevo cada día.
He dejado de ver tanto contenido y me he puesto a hacer.
He vuelto a los cafecitos, a encontrarme con alguien, a vender en la calle.
Y eso es lo que he aprendido:
- La responsabilidad como poder: La responsabilidad no es una carga, sino una fuente de poder y libertad. Aceptar la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones nos permite tomar el control de nuestras vidas y crear un camino significativo.
- La consciencia en el emprendimiento: Emprender no es simplemente un acto de crear un negocio; es un proceso consciente que requiere entender nuestras motivaciones profundas, nuestras habilidades y cómo podemos aportar valor al mundo. La consciencia es la clave para emprender con éxito y autenticidad.
- La esencia de la masculinidad y feminidad: En un mundo donde los roles de género a menudo se confunden y se pierden, es vital reconocer y honrar nuestra esencia masculina o femenina. Esto no significa adherirse a estereotipos rígidos, sino comprender nuestras inclinaciones naturales y cómo pueden complementarse en nuestras relaciones y en la sociedad.
La vida es un viaje complejo lleno de desafíos y oportunidades. La clave es encontrar tu propósito, tomar responsabilidad, y ser consciente de tus acciones, de lo que haces en tu día a día.
Habla contigo mismo, sana tus heridas, y pregúntate: ¿Qué me merezco? La respuesta a esa pregunta puede ser el primer paso hacia una vida más rica y significativa.